Los riñones son esenciales para mantener la homeostasis y regular el equilibrio de los líquidos en nuestro organismo¹. Su labor va mucho más allá de filtrar la sangre; controlan aspectos cruciales como la composición iónica, el pH, la osmolaridad, el volumen sanguíneo, la presión arterial y los niveles de glucosa².
Cada riñón adulto contiene alrededor de 2 millones de nefronas, que son estructuras funcionales complejas formadas por múltiples tipos celulares. Entre sus funciones están la de depurar y equilibrar la sangre³. Dentro de esta estructura, destacan los podocitos, células epiteliales especializadas que forman una barrera indispensable para evitar que las proteínas plasmáticas se filtren hacia la orina⁴.
En la nefritis lúpica (NL), la pérdida de la integridad de los podocitos se traduce en la aparición de proteinuria, el principal indicador de esta enfermedad. Al no poder regenerarse, la lesión de estos elementos es irreversible y señala procesos patológicos subyacentes que comprometen la función renal⁵,⁶.
La verdadera cuestión no es si se pierden podocitos, porque ello es inevitable, sino a qué velocidad ocurren estas pérdidas. Este ritmo es crucial para determinar si se puede mantener la función renal a largo plazo o si se llegará a un punto en que será necesario recurrir a diálisis⁷,⁸ .
1. University of California, Berkeley. Kidneys. Disponible en: http://mcb.berkeley.edu/courses/mcb135e/kidneys.html (consultado en marzo de 2022)
2. Abbott. Kidney learning guide series. Disponible en: https://sscc.med.sa/wpcontent/uploads/2022/07/Kidney-Structure-and-Physiology-Learning-Guide.pdf (consultado en junio 2025)
3. Soriano RN et al. Anatomy, Abdomen and Pelvis, Kidneys.Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK482385/ (consultado en marzo de 2022).
4. Reiser J, Altintas MM. F1000Res 2016;5:F1000 Faculty Rev-114
5. Kwok S-K,Tsokos GC. Korean J Intern Med 2018;33:284–9.
6. Yu F et al. Nat Rev Nephrol 2017;13:483–95
7. Fogo AB. Kidney Int 2021;100(5):978–80
8. Butt L et al. Kidney Int 2021;100(5):1054–62
ES-LUP-2500094-v.1.0
Los riñones son esenciales para mantener la homeostasis y regular el equilibrio de los líquidos en nuestro organismo¹. Su labor va mucho más allá de filtrar la sangre; controlan aspectos cruciales como la composición iónica, el pH, la osmolaridad, el volumen sanguíneo, la presión arterial y los niveles de glucosa².
Cada riñón adulto contiene alrededor de 2 millones de nefronas, que son estructuras funcionales complejas formadas por múltiples tipos celulares. Entre sus funciones están la de depurar y equilibrar la sangre³. Dentro de esta estructura, destacan los podocitos, células epiteliales especializadas que forman una barrera indispensable para evitar que las proteínas plasmáticas se filtren hacia la orina⁴.
En la nefritis lúpica (NL), la pérdida de la integridad de los podocitos se traduce en la aparición de proteinuria, el principal indicador de esta enfermedad. Al no poder regenerarse, la lesión de estos elementos es irreversible y señala procesos patológicos subyacentes que comprometen la función renal⁵,⁶.
La verdadera cuestión no es si se pierden podocitos, porque ello es inevitable, sino a qué velocidad ocurren estas pérdidas. Este ritmo es crucial para determinar si se puede mantener la función renal a largo plazo o si se llegará a un punto en que será necesario recurrir a diálisis⁷,⁸ .